2 Llegó David a Nob, donde el sacerdote Ajimélek; vino Ajimélek
temblando al encuentro de David y le preguntó: « Por qué vienes solo y no
hay nadie contigo?»
3 Respondió David al sacerdote Ajimélek: «El rey me ha dado una
orden y me ha dicho: «Que nadie sepa el asunto a que te mando y lo que te
ordeno.» A los muchachos los he citado en tal lugar.
4 Así pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes o lo que haya.»
5 Respondió el sacerdote a David: «No tengo a mano pan profano,
pero hay pan consagrado, si es que los muchachos se han abstenido al
menos del trato con mujeres.»